Mis pequeñas alegrías

Me falta algo. ¿Qué me falta?

Reflexionando en mi día a día, me doy cuenta de que ayer fue igual que hoy... y que mañana será igual. Nada distingue un día de otro en esta rutina, parece que uno arrastrase el cuerpo como una cadena de presidiario y que el mundo no tuviera ya nada que ofrecerle. Esta es la situación con la que me encuentro últimamente, más veces de las que desearía. He estado acostumbrado a una dieta de rock, conciertos, movimiento, pareja... y creo que definitivamente no estoy hecho para la vida tranquila. Ahora que tengo "mi sueldito", un despacho y cierta estabilidad... me doy cuenta de que no es lo que deseaba. Claro que deseo dedicarme a la investigación, claro que me encanta la física y me encanta mi trabajo; lo que no me encanta es el contexto. No me gusta llevar dos años sin subirme a unas tablas, agarrado a mi bajo. No me gusta sentirme sólo, pero sobre todo no me gusta la perspectiva de no esperar sorpresas; de que todo parece haberse agotado.

Intento dar sentido a mis días, intento fijarme metas más altas (mañana mismo me voy a ginebra, lyon y lausanne); pero son sólo parches. En el fondo todo está vacío. Supongo que seré yo mismo, que sigo aún con un pie en el escalón anterior. Afortunadamente, aún queda algo de ilusión en mí, cada vez que me sonríe...

¿Qué pasará?

Aún me sorprendo a mí mismo siendo capaz de ilusionarme con tan poco.

Gracias por esa sonrisa.