Una mirada al interior

Las experiencias difíciles y la forma en que las superamos son los acontecimientos que nos construyen como personas. Afortunadamente, en mi vida no he tenido que sufrir demasiadas cuestas arriba... aunque recientemente acabo de sobrevivir a cierto incidente que me ha ayudado a crecer otro poquito más... y es que el sufrimiento, la añoranza y la soledad acaban por desdibujar a uno hasta convertirlo en una mera sombra de sí mismo. Lejos de haber superado aún el bache, soy consciente hoy más que ayer de todas las cosas que me hacen ser quien soy.

Al principio me lamentaba por mi patética incapacidad para olvidarme rápidamente de alguien y rozarme con lo primero que se me arrime... pero es que definitivamente a mí tendrán que fabricarme de nuevo para poder ser de esa forma, a algunos parece que nos gusta sufrir. ¿Están mal mis ideas o mis principios?, quizá, pero definitivamente ya es demasiado tarde para cambiarlos, pues son ya parte de mi identidad. Y de la misma forma que es marca de la casa la "no promiscuidad" tanto sexual como afectiva, lo es el no autocompadecerse y no dar rienda suelta a la tajada de pena que uno lleva en el pecho. Quizá sea el hecho de que soy muy orgulloso, o quizá sea esa ideología "espartana" que me lleva a pensar que me fallo a mí mismo si me veo caer.

Como no hablo mucho de estas cosas, me veo escribiendo estas reflexiones en mi blog (¿qué pasa?, es mío y hago lo que quiero con él), luego uno lee las cosas que escribe con un poco de tiempo y se sonríe. Lo cierto es que la música se está revelando una vez más como un pequeño cantón de tranquilidad en el que puedo volver a encontrarme a mí mismo, quizá por eso echo tanto de menos la música cuando hay un día que no toco... y de eso va esta reflexión, de cómo las circunstancias de la vida te afectan anímicamente y amenazan con desdibujar lo que se supone que eres.

Creo que tengo una personalidad fuerte, creo que tengo una fuerza de voluntad a prueba de bomba y creo que, aunque me quede sólo mucho tiempo, mis principios van a permanecer inalterados. Esto no es más que una declaración, yo soy así y ya es demasiado tarde como para reinventarme, estoy a gusto siendo quien soy y, aunque ahora no sea feliz, sigo sintiéndome orgulloso de mí mismo cada vez que me miro en un espejo.

Hoy tengo ganas de gritar y de correr, hoy tengo ganas de decir: soy así, y no puedo ni quiero cambiar.