Queda mucho por hacer...

A veces no me doy cuenta de las cosas que pasan justo a mi lado, soy una persona muy despistada y normalmente dejo volar mi mente sin a penas darme cuenta. Es por eso que sueño despierto y que pienso mucho; y eso por eso que a veces me sobrevienen estados de ánimo que quizá no están del todo acordes con la situación en la que me hallo inmerso en ese momento. Es algo que no puedo remediar, soy una persona de mente difusa, a la que nunca le ha gustado seguir un patrón ni que le digan lo que tiene que hacer... quizá por eso tampoco me gustan las fiestas: "es carnaval, tienes que divertirte, salir y emborracharte... sino eres un amargado".

En fin, ya estoy divagando de nuevo, vamos a centrarnos. La cuestión es que por esto mismo de que mi mente vuela a todas horas, muchas veces me encuentro pensando en temas que no son del todo agradables para mí; y no veas lo que jode el tema. En el momento menos pensado ves una sonrisa de una chica, una pareja, o cualquier circunstancia que habrías querido compartir con... pero ya no. Ya no. Y este tiempo no se para, este camino no da tregua, esta escalera parece no tener fin. Me he llevado bastante cabreado con el tema mucho tiempo, fundamentalmente cabreado conmigo por ser tan capullo de creerme mil mentiras y esforzarme por vivir en ellas. Ahora he conseguido perdonarme, yo no tengo culpa de ser tonto y fiarme de la gente, también soy así... ¿qué le vamos a hacer?. 

Así que, piensa que te piensa todo el rato; pues también se alcanzan conclusiones... porque al final de las malas experiencias es de las que se aprende. Hoy puedo decir que no me arrepiento de lo vivido en la medida en la que me ha servido para subir otro peldaño, y también creo que hoy soy mejor persona que ayer... siempre me he seguido por unas máximas simples en cuanto a códigos sociales: vive y deja vivir, tu libertad termina donde empieza la del otro, trata a los demás como querrías que te trataran a tí. Quizá por esta última máxima es por la que lo he pasado peor en este último peldaño; porque me han tratado como la mismísima mierda sin merecérmelo lo más mínimo, y porque además eso lo hizo quien lo hizo. Ahora todo eso queda atrás, y son otros los sentimientos... Ya no es rabia o frustración, quizá añoranza por sentirse comprendido pero... ¿quien no siente eso?. Ahora que casi me he desprendido de mis propios demonios y que veo la realidad, la mentira y la verdad sin disfraz, puedo decir que entiendo lo que ha pasado, entiendo por qué y cómo ha ocurrido todo; puedo decir que he aprendido.


¿Qué otra aventura nos deparará el siguiente escalón?

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